viernes, 28 de noviembre de 2014

Niños con Dispraxia.



Se trata de una alteración psicomotriz en los niños que da lugar a torpeza, lentitud y dificultad para realizar movimientos coordinados aparentemente sencillos que requieren la coordinación de varios grupos musculares, como por ejemplo escribir, peinarse, atarse los zapatos, jugar al balón o montar en bicicleta cuyos síntomas pueden comenzar a ser visibles desde el año de edad, pero se hacen más evidentes durante la edad escolar, entre los cinco y los once años. Se estima que pueden sufrirla entre un 2% y un 5% de los niños en esta etapa.
Una de las claves más importantes dentro del tratamiento de la dispraxia es que los padres aprendan diversas técnicas para ponerlas en práctica en casa.

Estas son algunas pautas y consejos para el tratamiento del síndrome del niño torpe:

-Si la dispraxia afecta a la coordinación: realizar ejercicios como tocar un instrumento,  subir y bajar escaleras, hacer manualidades…
-Si la dispraxia afecta al habla: se pueden hacer técnicas de entrenamiento logopédico, tales como movimientos linguales hacia arriba y abajo, movimientos mandibulares o de mejillas…
-Si hay afectación en el área emocional se trabajará en terapias que ayuden a resolver situaciones estresantes y habilidades sociales
-Es importante que los padres refuercen la autoestima de los niños, lo cual ayudará a que valoren sus capacidades y sepan exprimirlas al máximo.

En general el pronóstico de la dispraxia es bueno y únicamente una mínima parte de los casos verán afectada su actividad habitual en la vida adulta.


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